Los símbolos del I Ching se obtienen por la combinación de trigramas (grupos de tres líneas) rectas y quebradas. De su mezcla se obtienen ocho trigramas que simbolizan otras tantas etapas de cambio, de movimiento.
Cada una de ellas tiene una característica definida y un nombre particular, que los individualizan.
La clasificación siguiente los define básicamente:
NOMBRE | ATRIBUTO | IMAGEN | RELACION FAMILIAR | |
(en chino) | (en español) | |||
Ch'ien | Lo Creativo | fuerza | cielo | padre |
K’ un | Lo Receptivo | devoción, docilidad | tierra | madre |
Chen | Lo que despierta | incita al movimiento | trueno | primer hijo |
K'an | el Abismo | peligro | agua | segundo hijo |
Ken | Manteniéndose quieto | reposo | montaña | tercer hijo |
Sun | Lo suave, lo dócil | penetración | viento, madera | primera hija |
Li | Lo Oscilante | dar luz | fuego | segunda hija |
Tui | Lo Gozoso | alegría | lago | tercera hija |
Los hijos representan el movimiento en sus variados estados: comienzo del movimiento, peligro en movimiento, descanso y competición del movimiento. Las hijas representan a la devoción en sus varias etapas: penetración apacible, claridad y adaptabilidad, alegría tranquila.
De la combinación de dos de estas imágenes aparecen los hexagramas -seis líneas cada uno- hasta completar un total de 64. Las líneas positivas (rectas) se obtienen cuando resulta una suma impar (7 o 9) y las negativas (quebradas) cuando el resultado es par (6, 8) como a continuación se explica.
Cuando se trata de interpretar el oráculo, al momento de leer las líneas sólo interesan las que corresponden a los números 6 o 9; las demás no tienen significado independiente. En los demás casos no entrañan movimiento, y por lo tanto no deben ser tomadas en consideración.
Las manipulaciones con varillas o monedas permiten que lo inconsciente del hombre se active a fin de traer a luz todos los factores, conocidos y ocultos de una situación. Siempre para consultar el oráculo hay que enfrentarlo con espíritu tranquilo y claridad de mente, abiertos a recibir los influjos ocultos, sin prejuicios.
Subyace en todo el I Ching la idea del cambio, que a su vez implica permanencia.
Originalmente existen todas las cosas, que se transmutan y modifican constantemente para retornar a sí mismas. Es el equilibrio fundamental del ying y el yang, la luz y la oscuridad, representadas por el círculo dividido.
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